sábado, 17 de julio de 2010
Maldita sea la casa maldita
Coincidirá el lector conmigo -y si no, le voy a cobrar lo mismo- en que comprar un comic a ciegas (esto es: viendo solo la portada) entraña no pocos problemas. Vale. Lo mismo te puede pasar con un libro, con un disco o con una película; no así con el jamón cocido, ejemplo. Pero este blog es de comics y a los ellos me tengo que referir.
Después de una larga experiencia, llego a la conclusión de que comprar comics retractilados es someterse a la dictadura de la Editorial competente. Retractilar un tebeo no resuelve nada, sino todo lo contrario. Escamotea la libertad de ojear, de darse cuenta de fallos de impresión, de que el contenido no tenga nada que ver con la imagen de portada, de comprobar que el dibujante es un inepto...
Lo que cuento se ve claramente en The House of Mistery dedicado a Neal Adams. Con 36 de sus 84 páginas dedicadas a otras tantas portadas (dos de ellas repetidas por partida doble) mal reproducidas en tonos indescifrables de grises, cuando el material original es en color; con 34 páginas de historieta (algunas en blanco y negro puro, otras de nuevo en grises pastosos) y con 6 páginas de textos superfluos, no es más que un tomo penoso con el que el editor, merced al retractilado, nos toma el pelo y los dineros. Hasta el punto de que me siento estafado por PdA, por más que el texto de contraportada cumpla con su misión: "[...] en un solo tomo se reúnen todas las historias y portadas realizadas por el legendario dibujante [...]". En mi modesta opinión, sin el cinturón de castidad este que se han inventado para preservar la integridad anónima del contenido, uno, o sea yo, podría haber comprobado la pésima, insufrible calidad del material reproducido, y en virtud de mis intereses, haber optado por comprarlo o no. Posiblemente lo hubiese hecho, ya que Adams es uno de mis artistas favoritos. Pero, insisto, hubiese agradecido la oportunidad de ejercer mi libertad de elección tras ojear el libro.
Falta muy gorda esta de esconder el contenido para engañar con el continente. Los editores que usen y abusen de este artificio deberían sufrir suplicio en la plaza mayor, que en esto de los tebeos equivale a pocas ventas y saldar de mala manera el título. Mejor deberían, de persistir en la fechoría, parapetarse tras seudónimo (ellos y la editorial) que le eviten la vergüenza ajena.
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gracias picha,ahora sé lo que me voy a encontrar... el otro día lo vi plastificadito y pensé lo mismo. detodos modos supongo que caeré: Adams es Adams por muy mal que lo "fotocopien".
ResponderEliminar¡qué gran verdad! Tengo la suerte de que en la tienda de cómics en la que compro (Enigma Comics, en Madrid, perdón por la publicidad) te dejan quitar el retractilado para que lo ojees sin problemas y sin compromiso, aunque corren el riesgo de que muchos aficionados prefieren no llevárse el tebeo sin retractilar por eso de que estará más manoseado
ResponderEliminar:(
Adams no se merece preservativo tan cutre. Por supuesto que acaerás, Agu Ariza, pero con conocimiento de causa. Y aplausos por esos libreros que se pasan el plástico por el forro, Raúl. La transparencia al poder!
ResponderEliminarPues es una pena lo de los fallos de reproduccion, porque la verdad es que le tenia ganas a Neal Adams. Al final lo comprare, pese a todo.
ResponderEliminarMe lo creo, Corsario: yo lo hice. Pero Adams -ni tu dinero- se merecen semejante chapuza.
ResponderEliminarNi Adams, quería decir... me pueden las prisas...
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